-Tu me llamaste. Sabes? Quizá no directamente, pero aquí estoy por ti.
-Y como nos arreglamos?
-Tu decide, si no quieres o no sabes, entonces lo haré yo, pero primero vas tu.
-No juegues. Sabes que soy muy sensible!
-Si juego, tu lo sabes.
-Bueno, solo no me presiones; Si?
No obtuve respuesta, tarde unos segundos en romper el incomodo silencio y dije:
-Quieres platicar?
-Tengo tiempo
-Tienes muchos disfraces no?
-Algunos, si.
-Llevabas mucho tiempo ausente, no?
Solo asentó con cierta desfachatez.
Sentada en ese sofá, que tanto me gusta, que acomodo cada tanto en diferente lugar, según permita el pequeño espacio de mi sala, miraba mis manos entrelazadas abrazando mis pies cruzados y doblados.
-Creo que por ahora, solo me limitaré a contemplarte un rato y disfrutarte un poco.
-Bien, yo lo haré contigo...